BENEFICIOS DEL LENGUAJE CLARO: LA CLARIDAD COMO SINÓNIMO DE CALIDAD
Mercedes Montero, traductora y docente, reflexiona sobre la importancia de este estilo de redacción para lograr traducciones y comunicaciones eficaces e inclusivas
Por Mercedes Montero*
Mi pasión por el Lenguaje Claro surge lejos y hace tiempo, en 2008, durante el Congreso Internacional de Traducción que se organizó ese año en Buenos Aires. Allí disertaba la gran Rita Tineo sobre el Plain English, antecesor del Lenguaje Claro en la traducción de textos de contenido jurídico y administrativo. Desde ese momento, nunca dejé de estudiar, leer y capacitarme sobre el tema. Al cabo de muchos libros, capacitaciones, cursos y conferencias, puedo afirmar que el Lenguaje Claro marcó un antes y un después en mi manera de leer y escribir a la hora de traducir o comunicar cualquier tipo de contenido. Y no tengo la más mínima duda de que es una herramienta fundamental para cualquier persona que se dedique a la traducción y a la difusión de contenidos.
Lenguaje Claro: las audiencias en primer plano
Antes de seguir, recordemos qué características tiene un texto escrito en Lenguaje Claro. Según la International Plain Language Federation, una comunicación está en Lenguaje Claro si su estructura y diseño permiten que las personas a las que se dirige puedan encontrar lo que necesitan, entender lo que encuentran y usar esa información. Esta perspectiva implica colocar siempre a la audiencia en el centro, teniendo en cuenta no solo sus necesidades, sino también sus competencias, sus recursos y sus necesidades.
Lenguaje Claro: ¿de qué se trata en realidad?
Se trata de ponernos en el lugar de quienes leerán ese texto y actuarán de determinada manera o tomarán decisiones a partir de lo que comprendan. Lo que es todavía mucho más relevante: se trata de que quienes lean el texto no deban recurrir a ninguna otra persona “experta” que les explique en términos más familiares y oraciones más breves lo que allí se dice. Se trata de que quienes leen puedan acceder a la información poniendo en práctica sus propias estrategias de comprensión lectora y sus conocimientos previos para reaccionar de manera autónoma frente a lo que están leyendo. Se trata, en definitiva, de democratizar el acceso a la información y de deconstruir la idea de que la validez, la seriedad o la verdad de lo que se dice radica en el uso de un estilo complejo y enrevesado que entorpece y hace más lenta e ineficiente la comunicación.
En este sentido, el uso del Lenguaje Claro es superador de las viejas retóricas de larguísimos párrafos en bloque, oraciones interminables plagadas de incisos y alteraciones del orden lógico de los constituyentes. Optar por el Lenguaje Claro comunica la voluntad genuina de transmitir un mensaje sin dejar a nadie fuera del texto.
Por eso, si te dedicás a la traducción de manera profesional y querés que quienes te confían sus textos logren captar la atención de su audiencia, decilo simple. Decilo claro. ¿Por qué? Porque hoy, más que nunca, la claridad es sinónimo de calidad. Y esto no es solo un juego de palabras. En tiempos en que la inteligencia artificial está generando grandes cambios en nuestra profesión, el compromiso con la claridad de los textos sigue siendo un inmenso desafío y una gran responsabilidad para garantizar la comunicación.
* Traductora, docente e integrante del equipo de colaboradores de Rosario Traducciones. Capacitadora en lenguaje no binario y lenguaje claro.
@soymechimontero