El acceso a la información nos permite construir conocimientos, reconocer el pasado, entender el presente y diseñar caminos de crecimiento y progreso a futuro. Es la base de la educación y forma a su vez los cimientos de la igualdad, la libertad, la solidaridad. En tal sentido, las bibliotecas públicas han sido históricas gestoras de esa fuerza transformadora, brindando un servicio de mediación entre la comunidad y

el saber. En América Latina, la creación de estos espacios devino en la construcción de edificios de diferente estilos, con una predominancia colonial. Ya en el siglo XX y XXI, surgieron nuevas instituciones cuyos diseños se adaptaron a las necesidades y convergencias tecnológicas de la actualidad.

En esta nota continuamos recorriendo increíbles bibliotecas públicas latinoamericanas, que se destacan por su función social y su valor histórico y arquitectónico. 

 

 

 

 

 

Inaugurado en 2011, el Biblioparque Saltillo Sur se destaca por su originalidad, su gran tamaño y por ser diferente a cualquier otra obra arquitectónica. Este parque está conformado por un gran libro abierto, que funciona como edificio para la biblioteca que se instala dentro de él. 

Este sorprendente proyecto es una combinación perfecta entre cultura, diversión, naturaleza y deporte, que promueve la educación y diversión familiar en un único espacio, pensado para realizar una buena lectura en un lugar hermoso.

 

 

El Real Gabinete Portugués de Lectura es una biblioteca y centro cultural de Río de Janeiro en Brasil. Alberga más de 350.000 ejemplares, entre los que se encuentran obras de gran valor relativas a la cultura en lengua portuguesa.

La institución fue fundada en 1837 por un grupo de inmigrantes portugueses, refugiados políticos, para promover la cultura entre la comunidad portuguesa en la entonces capital del Imperio de Brasil. El edificio de la actual sede, diseñado por el arquitecto portugués Rafael da Silva e Castro, fue construido entre 1880 y 1887 en estilo neomanuelino, donde se utilizaron piedras traídas desde Portugal. 

 

 

Fundada en 1861, la Biblioteca Pública del Estado marcó desde su creación un hito importante en la historia cultural y educativa de la región. La biblioteca se fue conformando a partir de la consolidación de diversos acervos que pertenecían a instituciones educativas y religiosas de la época.

En 1925 pasó a formar parte de la Universidad de Guadalajara, siendo, a partir de entonces, una de las instituciones que formarían parte de la Universidad tomando una función de apoyo y fomento a la cultura. 

Desde su creación, funcionó en varios edificios hasta la creación de su actual sede,  inaugurada en 1959. A través de estas diferentes sedes, la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco ha buscado adaptarse a las necesidades cambiantes de espacio y conservación, asegurando que sus instalaciones sean adecuadas para ofrecer servicios de calidad a la comunidad a lo largo de los años.

La misma alberga  una gran cantidad de documentos históricos, algunos con más de 500 años de historia,  y es un espacio de gran relevancia en investigación y formación académica. Cuenta con áreas de literatura indígena, infantil y juvenil, laboratorios de historia oral y de braille, entre otros.

 

 

 

Inaugurada en 2012, la Biblioteca Flacso de Quito es uno de los centros de información e investigación más importantes de Ecuador. Está provista de una colección especializada en Ciencias Sociales, con énfasis en América Latina y Ecuador. Su infraestructura consiste en un edificio de siete pisos con una arquitectura de vanguardia construido específicamente para su desempeño. Sus instalaciones son modernas y funcionales para brindar un servicio eficiente y disponible para la comunidad universitaria y el público en general. La obra recibió Mención de Honor en el Premio Ornato Ciudad de Quito 2013, categoría equipamiento público-privado, otorgado para reconocer las mejores obras arquitectónicas.

Inaugurada en 2006, esta biblioteca fue proyectada por un equipo encabezado por el arquitecto mexicano Alberto Kalach. El área total del terreno es de 38.094 m2, la cual incluye el edificio central de la biblioteca, los jardines, el invernadero y una librería. 

Una de sus particularidades es que fue diseñada para permitir la ampliación del espacio para los libros y poder llegar a un máximo de 2 millones de ejemplares. Es una de las bibliotecas públicas más frecuentadas en América Latina.